Decisión de Cambio y Sentido de la Vida
Las personas que estamos comprometidas con la calidad compartimos la pasión por generar cambios eficaces y eficientes siguiendo el ciclo de la Mejora Continua (Planificar – Hacer – Verificar – Actuar) de Deming.
A partir de la auto-observación de nosotros mismos y nuestro entorno sistémico («el hombre y sus circunstancias» expresado por el raciovitalismo de Ortega y Gasset, «el observador y su mundo» de Echeverría), vemos un escenario que, estimamos, puede mejorarse.
«Siempre se hizo así» es una frase escuchada con frecuencia a la que oponemos «Colmar de diferencia la repetición» (Bergson).
Pero, antes de iniciar el ciclo PHVA es preciso tomar la decisión de producir un cambio y surge la pregunta, ¿qué es lo que nos mueve a actuar?
¿Es una motivación asentada en la responsabilidad que asumimos por la actividad que nos asignaron, hemos aceptado y por ende cumplirla con la mayor dedicación y desempeño?
¿O la forma en que nos desempeñamos en el trabajo es una de las tantas manifestaciones relacionadas con el sentido que le imprimimos a nuestra vida?
¿Qué se entiende por sentido de la vida? «Ser es lo que hacemos, no lo que decimos» (Sartre).
Coincidimos con que el sentido de la vida lo da la actitud de creación permanente que las personas adoptan con una percepción interior de dejar una «huella» de eternidad, aunque sea aplicada a una acción cotidiana.
En otras palabras, frente a la continuidad, ¿queremos producir un acontecimiento que produzca una discontinuidad y deje una «huella«? (Badiou). Este acontecimiento se produce al generar algo que estaba oculto y que traemos a la realidad. Implica, antes que nada, aumentar el nivel de conciencia. Cada día tenemos la posibilidad de dar el sentido de la vida que hemos elegido para nosotros, ¿continuidad o discontinuidad? Consideramos que lo continuo debería ser la práctica permanente de la discontinuidad, de la creación.
Muchas veces para producir un acontecimiento es preciso acceder a nuevos conocimientos, metodologías y/o herramientas que desconocemos. Otras veces, conociéndolas, no sabemos aplicarlas o descreemos de la eficacia de ellas.
El sentido de la vida nos invita a extenderlo hacia otras personas cuando gestionamos las interrerlaciones de trabajo, metodología insoslayable para mejorar el desempeño y resultados de los procesos. Cuando la gestión de las interrelaciones no forma parte de la habitualidad de las instituciones se llega a un camino sin salida en el que la mejora continua es sólo una declaración de deseos.
Finalmente y resumiendo la secuencia de nuestro enfoque:
- Enfocarnos a expandir nuestro nivel de conciencia y asociarla al sentido de la vida que elegimos;
- Ampliar nuestra mirada como observadores;
- Adoptar metodologías y herramientas que nos permitan producir el acontecimiento que transformará la realidad actual en otra que aún está oculta;
- Producir el cambio;
- Evaluar el resultado del cambio en téminos operativos;
- Tomar conciencia de la reafirmación de nuestra vida personal a través del sentido con el que hemos actuado.
Ing. Daniel Bermann
Presidente de SACAS (2024)